Viajeros del tiempo.
By Alicia Uzcátegui
Si pensamos en un concepto que englobe todas y cada una de las creaciones realizadas por el hombre para expresar y significar de manera sensible su visión del mundo, tanto real como imaginario, sin duda alguna hablamos de Arte; la expresión artística de emociones, ideas, sensaciones, percepciones, mediante el empleo de diversos tipos de recursos plásticos, sonoros y lingüísticos.
El concepto ha ido variando a lo largo de la historia de la humanidad.
El contenido puede ser de carácter religioso, duradero, efímero, estético, etc, y con función diversa que va desde la simplemente ornamental, práctico o utilitaria.
Coloquialmente, se dice que, todo aquel que realiza su trabajo con verdadero placer tiene algo de artista.
Observar la evolución del arte a través del tiempo y del espacio, es objeto de estudio de la Historia del Arte. Viajar a lo largo de la historia del arte, es apreciar el sentir y quehacer el hombre.
Desde siempre, el ser humano ha sentido la necesidad de expresar sus sentimientos y deseos, empleando para ello diversos recursos y manifestaciones que podemos apreciar en las paredes de las cuevas y monumentos megalíticos. En la medida que el hombre abandonó el estilo de vida nómada y se asentó de manera estable, el contenido de carácter netamente mítico-religioso, varió en cuanto a su función, materiales y temática.
En este breve recorrido por algunas de la etapas, vamos a ubicarnos en la expresión en la antigüedad clásica, específicamente la greco-romana, época en la cual se entiende el arte como una habilidad en cualquier manifestación o terreno que va desde la oratoria, la conducción de ejércitos y la plástica. Podríamos decir que era considerada un sinónimo de destreza, una técnica que se rige por normas y preceptos, e implica aprendizaje, búsqueda del perfeccionamiento, proporción, medidas, belleza y evolución.
Luego de la Edad Media, un largo período sin mayores logros, de férreo control religioso, llegamos a otro hito importante en la evolución de la historia del arte, el Renacimiento, el hombre vuelca sus ojos a la antigüedad clásica, la concepción del cosmos cambia, es él hombre el centro y meta del mundo. El arte constituyó un medio de ascenso social, básicamente sustentado por el mecenazgo de burgueses y gobernantes.
Uno y otro movimiento se suceden, cada uno con sus particularidades y especificidades. Con el arte moderno, las cosas ya no se representan como son, sino según la apreciación del artista, el concepto de belleza es relativo. Podemos decir que surge un nuevo componente de imaginación, el arte no tiene normas, viene de la inspiración del artista. Un cierto aire de autonomía se apodera del ella, se distancia de la religión, todo es movimiento y dinamismo.
El arte Contemporáneo, aquella producida a partir de la segunda mitad del siglo XX, guarda o refleja en cierta forma a la sociedad actual, la que vivimos. La misma revela las tradicionales prácticas artísticas que se destacan en cada uno de los períodos antes mencionados, ejemplo la educación artística y la crítica, pero también abarca otros ámbitos de nuestro tiempo y lugar. Tiene como característica su estrecha vinculación con las instituciones y al igual que en el arte moderno, cuestiona los convencionalismos y la tradición.
Como hemos podido observar, por arte, se entiende cualquier producto que el ser humano realice con una finalidad de carácter comunicativo, bien sea ideas o emociones. Sin caer en determinismos, en el hombre, la expresión del tiempo en que vive determina su manera de ser.