Sabor a lo nuestro
by Alicia Uzcategui
Al hablar de identidad nacional, nos referimos a varios elementos tales como: la historia, el territorio, los símbolos patrios, música, religión, idioma, danza, gastronomía, tradiciones y costumbres.
La identidad no se decreta ni surge por azar, se construye. Es el modo como me relaciono con lo que es distintivo de la comunidad en la cual estoy inserto. Es ese sentido de pertenencia al sentir y hacer mías todas las manifestaciones, valores, creencias, tradiciones y costumbres.
Una famosa antropóloga, de origen norteamericano, Margaret Medd me permite acercarme a la orientación que quiero dar por el sabor de lo nuestro, afirmó “somos lo que comemos”, la gastronomía abarca algo más que alimentarse, es vivir, sentir el gusto de los sabores, en fin, vivir la experiencia y disfrutar el momento tanto de la ingesta como de la preparación.
Al hablar de comidas, podemos afirmar que está presente en nuestro estado de ánimo, a veces, cuando nos sentimos acongojados, tristes, añoramos una sopita casera o un buen chocolate caliente. También en nuestro estilo de vida, nos comunicarnos mediante lo que comemos, como lo preparamos y lo presentamos.
La gastronomía es un elemento de la identidad nacional y a la vez nos diferencia o acerca a otras culturas. Podemos sentir, revivir momentos, afectos, amores, bien al degustar un platillo, disfrutar su preparación o con sólo sentir el sabor que nos trae esos recuerdos. Cada familia, sociedad o cultura tiene su propia sazón, que se transmite de generación en generación. Hay momentos fechas, lugares con determinados platos que son característicos, pueden variar los ingredientes y forma de preparación. El arte culinario evoluciona y se transforma.
Ante el proceso histórico que vivimos por la diáspora de venezolanos esparcidos por el mundo, pienso que la cocina venezolana, nuestros platos, se están dando a conocer en cualquier lugar donde un venezolano se radica.
Nos las ingeniamos para conseguir los ingredientes básicos, para preparar nuestras típicas arepas, hoy por hoy incluso la califican como el mejor desayuno. En temporada decembrina en muchos fogones en el mundo se prepara nuestro plato típico emblemático, la multisápida hallaca, que puede variar según la región y costumbre familiar, quien no ha firmado la mejor hallaca la hace mi mamá.
Precisamente hablando de tradiciones, costumbres, sentimientos, quiero detenerme con respecto al proceso, forma, momento y manera de preparar las hallacas, resume de manera particular los aspectos que hemos desarrollado. Pensemos por un instante si no es particular al reunirse regularmente la familia para la preparación de las hallacas, de manera espontánea surge una división natural del trabajo, entre los miembros del grupo familiar o de amigos que se congregan para tales menesteres, atendiendo quizás a la experiencia, gustos y habilidades, surge una división natural del trabajo.
Regularmente el de mayor edad dirige el proceso, mamá, papá, es momento para recordar a los que ya nos están, aun cuando sus enseñanzas siempre estarán presentes. Los avances tecnológicos han contribuido en el fortalecimiento de llevar el sabor de lo nuestro a recónditos lugares, video conferencias, tutoriales, recetas, que al no poder estar presentes, se siente el calor familiar.
Podemos decir que la gastronomía es un factor de unidad estrechamente ligado a la identidad, por su mayor permanencia, perdurabilidad y resistencia. En una sociedad como la nuestra fruto de un profundo mestizaje, el sabor de lo nuestro se ve influenciado igualmente por la mezcla de ingredientes, modos de preparación, sazón y fusión de sabores. Cada lugar tiene algún ingrediente que podríamos decir es intransferible, ejemplo de ello el ají dulce margariteño, su sabor es inconfundible. El cacao venezolano, reconocido como el mejor cacao del mundo, otrora principal producto de exportación y sustento de la economía nacional. Donde estemos, llevamos el sabor de lo nuestro.
“Dicen que la cocina sabe a gloria y si la gloria tiene sabores, ese debe ser también el sabor de la cocina margariteña” . Efraín Subero.
me encanto ese articulo es la realidad totalmente
nada como una arepa en la mañana y en la noche saludos..
totalmente de acuerdo con usted saludos igual
genial