PREMIOS OSCAR 2020: ANÁLISIS DE LOS NOMINADOS A MEJOR ACTOR PRINCIPAL
Pocas sorpresas se esperan en esta categoría en la que el favorito indiscutible es Joaquin Phoenix. Triunfará por delante de un solvente Adam Driver, de la superestrella Leonardo DiCaprio y de un multipremiado Antonio Banderas por su papel en Dolor y Gloria. Aunque la competencia es de primera clase, no se puede negar que se lo merezca.
Gracias a su papel en Dolor y Gloria, el último largometraje de Pedro Almodóvar, Banderas consigue su primera nominación al Oscar y se convierte en el tercer actor español nominado a los Premios de la Academia, después de Javier Bardem y Penélope Cruz.
Su actuación le ha valido varios premios internacionales, entre ellos el de Mejor Actor en Cannes. Sin embargo, sus opciones para ganar la ansiada estatuilla parecen bastante remotas. Sus dos principales candidatos a batir: Adam Driver y, sobre todo, el favorito Joaquin Phoenix.
Pese a que este no parezca el año de Banderas, esta interpretación le ha valido recuperar el prestigio de “estrella” que le dará más visibilidad en futuras ediciones de los premios.
Curiosamente, Antonio Banderas no fue la primera opción del director para interpretar a Salvador Mallo. Tuvo que pasar varias pruebas hasta que Almodóvar se convenció a ofrecerle un papel que, sin duda, se ha convertido en una de las mejores actuaciones del intérprete malagueño.
LEONARDO DICAPRIO
En la 70º edición de los Premios Oscar, Titanic (1997) hizo historia consiguiendo 11 galardones de 14 candidaturas. Entre las nominaciones, no se encontraba la de Leonardo DiCaprio en la categoría interpretativa. Y, desde entonces, el actor ha luchado por desquitarse de la fama de “guaperas” y demostrar su valía interpretativa. Y vaya si lo ha demostrado.
DiCaprio ha tenido mucho ojo a la hora de elegir sus papeles. Solo roles protagonistas en películas dirigidas por grandes nombres: Eastwood, su inseparable Scorsese, Christopher Nolan o Quentin Tarantino. La película elegida, siempre relevante y, su interpretación, siempre destacada.
Tras años de trabajo casi impecable, en 2004 consiguió, por fin, su segunda nominación al Oscar gracias a su papel en El aviador (2004). No consiguió la estatuilla, pero su carrera ya había despegado definitivamente y se había ganado el prestigio del público y de la crítica gracias a interpretaciones en películas como Infiltrados (2006), Revolutionary Road (2008) u Origen (2010), por destacar solo algunas.
Después de perder el Oscar frente a Matthew McConaughey en la edición de 2014, el público ya reclamaba a gritos el reconocimiento de un actor que podría haberse llevado un premio por cada papel interpretado. Finalmente, consiguió la estatuilla en 2015 gracias a una actuación muy física en El renacido.
En esta edición consigue su sexta nominación y, aunque no lo ganará, ha demostrado de nuevo que es un gran actor interpretando el rol de (el puto) Rick Dalton en Érase una vez en… Hollywood, de Quentin Tarantino. Si su carrera no se tuerce, todavía hay tiempo de verle levantar de nuevo la estatuilla dorada.
ADAM DRIVER
Adam Driver, probablemente, sea más conocido por el público por su interpretación de Kylo Rent en la última trilogía de la saga Star Wars. Sin embargo, es un actor que aspira a convertirse en gran estrella no por su papel en el blockbuster, sino por el talento que viene demostrando.
Con 36 años puede decirse de él que, poco a poco, ha ido labrándose una carrera en Hollywood hasta llegar a ser reconocido y alabado por la crítica gracias a papeles en cintas como Paterson (2016) o Infiltrados en el KKKlan (2018), por el que estuvo nominado al Oscar.
Este año repite candidatura con Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach. Una cinta incómodamente realista en la que destaca su actuación a flor de piel por la que ha conseguido el reconocimiento de la Asociación de Críticos de Chicago.
Este actor de método, es la mayor amenaza para el favorito de la carrera, Joaquin Phoenix. No obstante, y aunque parezca improbable el sorpasso, Driver tiene papeletas para convertirse en uno de los mejores actores de su generación, por lo que las opciones de conseguir la estatuilla en un futuro son más que probables.
Parece que este es el año de Joaquin Phoenix, y bien merecido. Desde que se estrenara Joker, solo se ha hablado del gran papel que realiza el actor en el largometraje de Todd Philips. De hecho, es lo más incontestable de una cinta que ha tenido que luchar contra su propio éxito.
Phoenix tiene todo a su favor para llevarse la estatuilla este año, más aún después de haberse llevado el Globo de Oro. Además, es un actor de consenso. El público le admira pese a que el gran grueso de su filmografía no sea demasiado conocida o mainstream. Y, sin embargo, todo el mundo le alaba y coincide en que, haga lo que haga, él siempre está bien.
Esta es la cuarta nominación que recibe el actor en toda su carrera y, parece que la definitiva para triunfar. Él ha puesto de su parte haciéndose notar: ha concedido entrevistas, ha hablado de su hermano fallecido, ha sido detenido en una manifestación contra el cambio climático y, para rematar, dedicó el SAG a Heath Ledger. No hay nada que le guste más a Hollywood que una buena campaña.
Probablemente, el 9 de febrero se le vea resoplar de nuevo por tener que dar un discurso delante de un montón gente a la que parece que odia, pero el público se alegrará de ver su talento reconocido.
JONATHAN PRYCE
Cuando Jonathan Pryce interpretó a El Gorrión Supremo en Juego de Tronos, internet se llenó de memes comparando su parecido físico con el del Papa Francisco.
Puede que esa comparación se quedase en la mente de Fernando Meirelles o su equipo de casting a la hora de concederle el papel protagonista en Los dos papas, una cinta de Netflix que se ha ganado un puñado de buenas críticas y que ha conseguido colarse en tres categorías de los Premios de la Academia.
Este actor británico lleva más de 30 años trabajando en cine, teatro y televisión y nadie puede negarle su talento. Hasta ahora, Pryce no había conseguido ninguna nominación al Oscar, pero se ha impuesto ante otras opciones como Robert De Niro o el último ganador del Globo de Oro, Taron Egerton.
Sus posibilidades son nulas y su presencia entre los nominados, anecdótica.