LIMITACIONES Y DESAFÍOS DEL TRABAJO VIRTUAL
La aparición del coronavirus en el mundo, y su rápida capacidad de propagación y daño sobre los seres humanos, ha traído como consecuencia que en todos los países se hayan dictado normativas y resoluciones en temas de salud y medio ambiente laboral. Todo esto, con la finalidad de proteger al trabajador. De tal manera, que esta realidad supone la capacitación especializada de empleados de seguridad e higiene industrial. En ese sentido, este departamento se constituye hoy día en la columna vertebral de la organización, requiriendo todo el apoyo en materia de recursos materiales, humanos, y financiero, de parte de los directivos.
Ahora bien, operar en riesgos de contagio viral, es un desafío para los gestores del negocio. Por lo que muchas empresas están tratando de tener un mínimo de personal necesario en planta para que no se detenga el ciclo producción-ventas-finanzas. Por supuesto, trabajar en estas condiciones, supone minimizar el riesgo. Pero también buscar formas y maneras para abordar los efectos psicológicos del miedo, el cual se hace presente en realidades en donde existe una amenaza permanente.
En este orden de ideas, se sabe que la mayoría de corporaciones en el mundo, han asumido el trabajo virtual desde el hogar. Al respecto, si bien es cierto que con ello se reduce el riesgo de contagio, la realidad es que mutila aspectos importantes que son necesarios en las relaciones humanas. En ese sentido, por ser el hombre un ente social, la comunicación interpersonal es una necesidad. Cuando estamos ante una persona con quien conversamos, hay elementos que nutren la psiquis, y fomentan una sana realimentación, tales como el contacto físico, y visual. En contraste con este proceso comunicacional, el detenimiento de la faena diaria, el encierre en casa, y la excesiva exposición a un equipo de computación como único medio de comunicación, genera un quiebre personal y profesional.
En virtud de lo citado con anterioridad, un quiebre es una ruptura en el ciclo normal de la vida. Cuando se produce, el resultado es la ansiedad, y la insatisfacción. Lo peligroso de estos cuadros emocionales es que todos los seres humanos respondemos ante ellos de distintas maneras. Por ejemplo, quienes hemos pasado por procesos dolorosos o traumáticos en la vida, por lo general desarrollamos más recursos para enfrentarnos al dolor. Sin embargo, hay personas que no lo pueden superar y se deprimen. Son en estas situaciones en que surge la necesidad de la gerencia de la felicidad. Entendiéndose esta, no como un ente que de vez en cuando realiza actividades para hacer sonreír a la gente, sino como una unidad de staff especializada. Bajo esta perspectiva, esta gerencia no sólo asume los aspectos que tienen que ver con el tema de beneficios y bienestar social. También se vale de un pull de expertos, coaches, y consultores, para abordar el quiebre profesional.
En este orden de ideas, el negocio virtual también exige nuevos desafíos. En primer lugar, tiende a desaparecer la forma convencional de hacer publicidad y vender. Ahora el vendedor no es quien visita, sino aquel quien tiene contacto permanente con los clientes mediante un iphone. Ahora no se trata de preguntar; ¿qué necesita?, sino; ¿cómo puedo hacer que se sienta mejor? En ese sentido, la forma en que se aborda el aspecto emocional del cliente será decisivo o no, en el éxito del negocio. De igual manera, ya se está viendo un reenfoque en el tema de imagen y publicidad. Es así que pasó de moda el volanteo, y las vallas publicitarias. Ahora se trata de que el negocio esté presente en todas las redes sociales, incluso en la vida del cliente. Al respecto, debo hacer énfasis en lo dicho; ahora se trata de cómo abordar al cliente bajo esta nueva realidad pandémica.
Por todo lo comentado, también surge la necesidad de la reinvención. Ello supone un cambio de mentalidad en el personal estratégico del negocio. Así como nuevas formas de ver esta realidad. Cuando el problema se aborda bajo un enfoque de optimismo, oportunidad, y esperanza, la empresa emerge. Sin embargo, cuando el “pero” es una constante, no hay mucho que esperar. Sobre el particular, y como coach empresarial le puedo decir que en la mayoría de emprendimientos que fracasan, un elemento presente es el tema motivacional. Al respecto, le invito a calibrar como están los ánimos de su gente en estos momentos en que la pandemia recrudece.
Para finalizar, le puedo decir con absoluta seguridad, y con conocimiento de causa, que en cualquier situación en donde hay un poco valoración, entusiasmo, y resiliencia, la esperanza surge como un elemento que transforma de forma positiva la nueva realidad.
Eden Barrientos
Coach Organizacional IAC – Estudios en la maestría de Coaching Gerencial CIDEC-CIU