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Leyenda de Los Amantes de Teruel

La Leyenda de los amantes de Teruel una historia de amor hasta el fin de sus días

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by Mariela Hernández

La Leyenda de los amantes de Teruel cuenta que fueron dos jóvenes turolosenses los que pasaron a ser los amantes más famosos. Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, conocido también como Diego de Marcilla, se prometieron amor eterno y fueron enterrados juntos después de sufrir algunas calamidades.

Cuenta la historia que la bella Isabel de Segura, hija de un mercader de Teruel, se enamoró profundamente del honrado Diego de Marcilla, cuando se encontraron por primera vez en el mercado. Su amor era muy profundo, pero Marcilla era pobre y no poseía riquezas, por lo que el padre de Isabel jamás dejaría que se casara con ella.

Diego pidió a Isabel que lo esperara cinco años en los que se preocuparía por encontrar dinero para poder casarse con ella. El padre de Isabel accedió, con la condición que ese dinero sirviese para recuperar la fortuna perdida de la familia.

Pero el padre de Isabel no pudo esperar los cinco años y, cuando su hija cumplió veinte, la prometió en matrimonio con el Señor de Albarracín, Pedro de Azagra. Isabel, ante las pocas noticias que recibió durante años de su prometido, accedió a casarse con Asagra, con el pensamiento de que su amante Diego había muerto en el frente.

Según describe la leyenda de Los Amantes de Teruel, el día de la boda entre Isabel y Pedro Asagra, Diego Marcilla regresaba inesperadamente de la guerra. Con grandes fortunas, después de sufrir varias calamidades y heridas, combatir contra los musulmanes y hacerse grande en el frente, Marcilla volvió a Teruel para casarse con Isabel y descubrió a las puertas de la ciudad, que su prometida ya se casaba con otro.

Lleno de ira, sin ser visto se presentó en los aposentos de Isabel para pedir explicaciones, muy dolido con ella por no esperar su regreso. Después de los reproches y de que Isabel le pidiera que se marchara, Diego rogó un último beso de su amada. Al ser denegado, Diego murió fulminantemente.

Según la leyenda, el amante murió de amor. Ante tal terrible suceso, Isabel corrió a explicar la situación a su marido y rápidamente llevaron el cuerpo ante la presencia del padre de Isabel. Al día siguiente, el entierro de Diego se llevó a cabo, pero las desgracias de la familia no terminarían aquí.

Cuando el entierro se celebró, según las crónicas en 1217, siendo Juez de Teruel Domingo Celada, Isabel se presentó ante la tumba de su amado vestida de novia. La joven, totalmente aturdida por lo ocurrido, regaló el beso que le negó a su verdadero amante como símbolo de buena voluntad.

Después de este beso, Isabel cayó desplomada y murió en el acto. Cuenta la Leyenda de los Amantes de Teruel, que fue Pedro Azagra, el marido de Isabel, el que contó la historia de amor entre los amantes y pidió que fueran enterrados juntos para toda la eternidad.

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