La teoría del apego
Durante el tiempo en que un bebé permanece en el útero, para nacer necesita seguir todas las etapas evolutivas de sus precursores y no está preparado para que le ocurra algo demasiado distinto a lo que sus antepasados experimentaron. Oye los latidos del corazón de su madre, la voz de ella y la de otras personas y animales; oye los sonidos del cuerpo materno sin asustarse. Todo lo que ocurra en la gestación es de vital importancia para el nuevo ser, y ejercerá una enorme influencia para el resto de su vida. En el momento de nacer, el bebé experimenta cambios esenciales como pasar de un ambiente húmedo a otro seco, un descenso de la temperatura, oír unos sonidos que no están atenuados, una activación de su capacidad para respirar el oxígeno y un cambio en la postura. Si bien ya es conocido que el estrés, el miedo o la ansiedad de la madre inciden en el desarrollo y nacimiento de un bebé, lo cierto es que poco se sabe en relación a las sensaciones del bebé al nacer. No obstante, sí es posible precisar que los bebés se estresan en el momento del parto y, según la forma de llegar al mundo, ese estrés del bebé puede variar. Al respecto, la profesora Vivette Glover y su equipo, especialista en psicobiología perinatal del Imperial College de Londres, ha realizado estudios para averiguar en qué medida nacen estresados los bebés. Han llegado a ciertas conclusiones tras efectuar mediciones del nivel de cortisona en el cordón umbilical de los pequeños, inmediatamente después del nacimiento. Sus investigaciones demuestran que el mayor grado de estrés en el bebé se produce cuando hay instrumentalización para favorecer el nacimiento, como con el uso de fórceps o ventosas. Por el contrario, los que sufren menos estrés son aquellos cuyas madres dan a luz mediante una cesárea voluntaria, programada. En el punto intermedio se sitúa el parto natural, vía vaginal y sin instrumentalización. Sin embargo, cabe destacar que dada la importancia de la no separación madre-bebé tras el nacimiento y que la cesárea puede ser dañina para mamás y bebés en otros aspectos (por ejemplo en lo que a lactancia materna respecta puesto que se torna más dificultosa) siempre será mejor la opción del parto vaginal cuando sea posible. De hecho, los bebés nacidos naturalmente respiraban mejor.