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La superstición

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bY Mariela Hérnandez

El primer paso necesario para poder entender que significa superstición, es llevar a cabo el establecimiento de su origen etimológico. Al hacerlo descubrimos que procede del latín, y más exactamente de la suma de tres componentes en esa lengua: el prefijo “super”, el verbo “stare”, que es equivalente a “estar de pie”, y el sufijo “tion”, que es sinónimo de “acción” o de “efecto”.

Superstición es una creencia que resulta contraria a la razón y ajena a la fe religiosa. El supersticio cree que ciertos fenómenos disponen de una explicación mágica o mística.

La superstición suele basarse en tradiciones populares que se transmiten de una generación en generación. Esto quiere decir que, dentro de una comunidad, los ancestros que sostenían que algunas acciones (como contar con un amuleto o repetir ciertas palabras) favorecían la buena suerte o alejaban lo negativo, transmitieron dichas creencias a sus descendientes.

La superstición consiste en la creencia de que los individuos pueden alterar su destino o suerte, tanto de manera positiva como negativa, dependiendo del acto supersticioso. Generalmente se asocia a la superstición con ideas de pensamiento mágico emprendidas por personas de bajo contexto social e intelectual. Las supersticiones pueden basarse en tradiciones populares aceptadas por la sociedad.

Existe un gran número de actos y actividades supersticiosas consideradas ilógicas, pero es cierto que algunas pseudociencias dieron paso al nacimiento de ciencias ahora respetadas como es el caso de la astronomía que surge de la astrología o la alquimia de la cual surgió la química. Es por esto que no hay que ver a la superstición como pensamiento irrelevante, sino como una relación de causa- efecto que el hombre interpreta debido a distintas cuestiones biológicas, psicológicas y sociales que le permiten dar significado a su entorno.

Los medios de comunicación son importantes en el estudio de la superstición ya que ayudan a la propagación de estas ideas mediante la presentación y distribución de mensajes y productos asociados con el destino y la buena suerte.

La superstición se encuentra ligada también fuertemente con la religión y el sentimiento de fe. Las personas muchas veces cometen actos supersticiosos que han sido implantados por creencias religiosas con el fin de atraer el bienestar y paz en el individuo.

Vamos a mencionar algunas supersticiones con su significado:

VER UN GATO NEGRO

Durante la Edad Media se extendió la creencia de que las brujas se convertían en gatos negros por la noche y, como a estas se las relacionaba con el diablo, cruzarse con uno era motivo de desgracias. Puede que la superstición influya a la hora de adoptarlos, pues desde la Fundación Affinity sostienen que los gatos negros se adoptan menos que los de pelaje más claro.

DERRAMAR LA SAL

La sal, por su uso para la conservación de alimentos, fue siempre símbolo de incorruptibilidad y, por tanto, de las relaciones que perduran. Por ello, muchos consideran desafortunado derramarla. Para remediarlo, la tradición recomienda tomar un pellizco de sal derramada y arrojarlo a nuestra espalda por encima del hombro izquierdo. De lo contrario, nos arriesgamos a sufrir engaños y decepciones en nuestras relaciones personales.

PASAR POR DEBAJO DE UNA ESCALERA

Una hipótesis tiene que ver con la condición sagrada y mística que se le otorga al triángulo en la Biblia. Esta es, precisamente, la figura geométrica que forma una escalera apoyada en una pared, por lo que se consideraba sacrilegio atravesar ese triángulo sagrado. También era común dibujar a Lucifer bajo la escalera que usaban en el descanso del cuerpo de Cristo.

MARTES 13

Una de las teorías más aceptadas sobre el origen de esta superstición es que, en Rusia, si el zar levantaba la copa con vino por alguno de los comensales, este recibía elogios y felicitaciones. Sin embargo, si la copa del zar contenía agua, la persona no recibía con tanta alegría el brindis. El receptor del mismo se levantaba en silencio, abandonaba la estancia y al poco tiempo se oía un disparo.

ROMPER UN ESPEJO

Se dice que romper un espejo acarrea siete años de mala suerte. Su origen parte del siglo XV, momento en que se fabrican los primeros espejos,  al llevar añadida una lámina de plata.

Romper uno, por un criado, significaba muchos años pagándolo de su salario. El siete es un número muy arraigado en la cultura universal  y ya Pitágoras lo consideraba el número perfecto.

 

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