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EL REAL MADRID SE IMPONE SOBRE EL BARZA 3 X1 EN CASA

El Madrid se impone con autoridad y algo de sufrimiento final a un Barça que sigue en dudas. Benzema abre el camino, rompiendo su sequía antes de recibir el Balón de Oro

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By PUBLISITETK

El Real Madrid conquistó el Clásico en su estadio para regresar al liderato, marcar diferencia respecto al Barça y taponar, aunque sea ligeramente, la herida del 0-4 del pasado año. Gobernó desde el centro del campo, donde unos imponentes Kroos, Modric y Valverde impusieron jerarquía y piernas, y apenas sufrió ante su ilustre rival. Marcó Benzema como prólogo a su Balón de Oro, aumentó Valverde, pudo golear el equipo blanco pero un eléctrico Ansu Fati permitió soñar al Barça. Justo hasta que Rodrygo, inevitable en partidos grandes, liquidó el partido. Manda el Madrid.

Quedó clara la superioridad blanca desde el primer tiempo. Sin brindar un gran juego, el Real Madrid conquistó una renta holgada. Pasó lo que tenía que pasar, que las posiciones que más dudas ofrecían en el Barça ofrecieron los resquicios para abrir brecha en un choque igualado. Xavi colocó a Sergi Roberto en el lateral derecho, manteniendo a Balde en su posición natural, invitando a Vinicius a buscar el desborde una y otra vez. Avisó a los ocho minutos con una colada de Mendy. Cuatro después, Kroos abrió un boquete en el sector izquierdo tras zafarse de Busquets, sirvió en profundidad para Vini, Ter Stegen taponó el mano a mano y Benzema ejecutó con limpieza. A la papelera la racha del francés sin marcar y la de Ter Stegen sin encajar en liga.

 

Porque el Barça recordó más a su versión Champions en El Clásico. Correcto, pero vulnerable

Se esperaba a De Jong en el once, y Xavi decidió darle entrada por Gavi. Ganó salida con balón y perdió agresividad, factor que benefició a los centrocampistas blancos. Kroos disfrutó en el eje y Modric acompañó en ataque, pero quien más intervino fue Fede Valverde, desde esa posción de falso extremo derecho que le dispara en todas direcciones. Porque, fiel a su palabra, Ancelotti se dejó de inventos y calcó el once de Saint-Denis con la única variación, obligada, de Tchouaméni por Casemiro, y el Madrid fue una roca. Concedió poco, y sacó un rendimiento extraordinario a las dudas azulgranas.

Con todo, Lewandowski tuvo la opción de igualar el duelo. El polaco, por quien suspiró mucho tiempo el club blanco, llegó al centro cruzado de Raphinha que fabricó Pedri en el balcón del área, pero envió arriba un remate claro, una ocasión clamorosa. Fue en mitad de la mejor fase azulgrana, cuando el medio canario brilló más. El Madrid esperaba su ocasión. La aprovechó, por supuesto.

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