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¿Conoces el origen real del abanico?

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by Mariela Hernández

La historia del abanico no es tan remonta como se podría pensar en un principio. Algo tan simple como abanicarse con los más diversos materiales plumas, hojas, no dio lugar al abanico hasta una relativa reciente creación.

Aunque existían elementos para airearse; el abanico de cierre y varillas se remonta apenas a 5 siglos atrás.

Hay muchos vestigios tanto en la cultura egipcia como en la griega sobre la existencia de elementos simples para abanicarse, como el conocido paipai de una sola hoja rígida con un mango o empañadura, y de gran variedad de formas y tamaños.

Pero el abanico, tal y como se conoce por esta definición tardará mucho más tiempo en llegar a la sociedad.

Se cree que por el siglo XV entre los años 1400 a 1425 los abanicos llegaron a China desde Corea. Los grandes viajeros los trajeron a Portugal, España e Italia.

Aunque según recientes estudios se cree que los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuitas.

Catalina de Médicis los introdujo en Francia. En la Corte de Enrique III, tomando como ejemplo el Rey que los utilizaba se hicieron muy populares.

Como no hay un origen cierto, algunos historiadores coinciden en atribuir al pueblo japonés el invento del abanico plegable.

Según una leyenda japonesa, un artesano observando como eran las alas de un murciélago vio que se plegaban cuando dejaba de volar. Imitó la forma  de plegar sus alas aplicando esta técnica a los abanicos.

En España, la referencia documental más antigua aparece en la Crónica de Pedro IV de Aragón, donde se hace referencia a una persona que llevaba un abanico.

Pero la época de máximo esplendor fue durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, en donde eran complemento indispensable en el vestuario de una señora de la alta sociedad.

Se utilizaban materiales de auténtico lujo, como piedras preciosas, etc.

En el siglo XVII hacen su aparición en Inglaterra, pero el varillaje estaba sujeto a un mango rígido. Eran de gran tamaño, y adornados con motivos diversos, pintados por artistas de renombre.

En el siglo XX, la producción de abanicos valencianos experimenta un gran auge hasta el paréntesis de la Guerra Civil, iniciándose después de la contienda un proceso de recuperación con centros en Valencia, Godella y Aldaya que, en 1983, sumaban ya cuarenta fábricas.

Hoy en día, se encuentra en Cádiz la única escuela taller de abanicos del mundo, pero todo el material, artesanos y artistas están situados en los alrededores de Aldaya, ciudad situada al lado de Valencia.

Gracias al uso del abanico flamenco, las bailadoras logran dar gracia y estilo al flamenco. Es por eso que su uso es muy común entre ellas ¿pero por qué este elemento coló un lugar en el flamenco?

La respuesta tal vez sea ese lenguaje particular que se desarrolló por su uso.

Sabemos que el flamenco es música y baile que transmiten un sinfín de emociones en un lenguaje propio, el abanico flamenco es un instrumento imprescindible para comunicar toda esa energía.

En la actualidad, el abanico ha pasado a ser un mero complemento de moda, muy poco utlizado.

LENGUAJE DEL ABANICO.

Abanicarse rápidamente: la mujer le ama con intensidad.

Abanicarse lentamente: es una mujer casada y ese hombre le es indiferente.

Cerrar despacio: significa sí. Si se abre y cierra rápidamente significa cuidado, estoy comprometida.

Cerrar rápido: cerrarlo de forma rápida y airada significa un No.

Dejar caer el abanico: te pertenezco.

Cubrirse del sol: significa que eres feo, que no le gustas.

Si lo apoyas sobre la mejilla derecha significa Sí. Sobre la izquierda significa No.

El abanico es parte de la historia de la moda, y su evolución en el tiempo.

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